jueves, 30 de junio de 2011

“La llave de contacto” Haciendo Tratos

“El primer gran paso que damos cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia es reconocer que no piensan como nosotros y no tienen porque hacerlo… si los aceptamos así, entonces será más fácil estar cerca de ellos y acompañarlos en esta nueva etapa”

Cuando nuestros hijos alcanzan los 11, 12 años, nos damos cuenta que nuestra forma de venir aplicando las reglas y logrando el cumplimiento de ellas se comienza a complicar. Y es que con la adolescencia nuestro “niño”, se ve más grande, se reconoce con mas capacidades y necesita probar que tiene poder. Entonces démosle “poder”.

1. Determine el comportamiento: ¿Qué es lo que quiere que haga? ¿Qué conducta quisiera modificar?
2. Converse con su hj@ sobre lo que Usted espera de su comportamiento: escúchelo ¿Qué piensa de ello? ¿lo considera necesario? ¿Qué dificultad tiene para cumplir lo que se le pide?
3. Planteen juntos alternativas de solución: nuestros hijos necesitan afirmarse y una forma útil es permitiéndoles generar soluciones, tener en cuenta sus alternativas y propuestas, es el momento ideal para negociar. Dele la oportunidad de elegir qué pasará si no cumple en lugar de desgastarmos diciéndoles que “no saldrán durante todas las vacaciones..” “que en adelante no irán a ninguna fiesta…”
4. Establezca fecha y límite de tiempo de manera objetiva y concreta: “Más tarde”, “para el fin de semana” son frases ambiguas y cuando un acuerdo tiene un plazo ambiguo, está destinado a no cumplirse.
5. Haga el seguimiento:
• Antes del plazo: recuérdele el compromiso, seguramente Usted quisiera que su hj@ cumpla por propia iniciativa, sin recordatorios (debo confesar que me pasa con frecuencia) pero… ¿es eso lo más importante? Por un momento concéntrese en Usted y responda ¿es fácil para mí hacer cosas que a veces no tengo ganas o me cansan? ¿lo tengo todo el tiempo presente en la cabeza o alguna vez se me ha olvidado?
• Cumplido el plazo: Hágalo partícipe “¿en qué quedamos?” Si cumplió refuerce, concéntrese en el resultado para más adelante mejorar la actitud y si no cumplió, escuche las justificaciones que rápidamente suelen salir, y luego de ello, aplique la consecuencia acordada.
6. Felicítese por la energía que invirtió en este proceso y refuerce en su hij@, la aceptación, aunque fastidiado/molesto, de la consecuencia acordada.
7. Ahora, ya mas tranquil@ haga un recuento de las que palabras usó, el tono de voz con el que se dirigió, los gestos que hizo (guiño de ojos, ceja levantada, movimientos de cabeza, posición de manos…) seleccione lo que cree que fue más efectivo;seguramente notará que fueron hechos con amor, comprensión y confianza.
Ayer leí "cuando una una orden es dada con fastidio y/o cólera, es sentida por quien la recibe como una amenaza y lo prepara a defenderse...." entonces para la próxima vez ¿Qué hará?

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