lunes, 15 de noviembre de 2010

Bullying: ¿Cómo afrontarlo desde el hogar?

Como conferencista y facilitadora en talleres para padres y madres he notado la gran preocupación que existe por ayudar a los hijos y guiarlos en formas de comportamiento mas saludables.

Hace poco tuve la oportunidad de participar en el 1º Congreso para Padres en un colegio Marianista y el tema desarrollado fue, precisamente, Acoso escolar y ¡claro! la primera pregunta que surgió fue ¿Y qué hace la escuela para prevenir  estos casos?  No cabe duda que el bullying es una problemática que debe ser abordada desde la escuela pero resultados efectivos se lograrán si se cuenta con la colaboración activa de las familias.
Una de los mensajes que suelo repetir cuando estoy con padres es: “procuremos educar a nuestros hijos desde un matrimonio feliz entre la escuela y nuestra familia”.  Para lograr este Matrimonio feliz, es fundamental atender y mantener canales abiertos de comunicación, conocer los valores que fomenta la escuela y practicarlos también en casa (hablar en el mismo idioma), compartir actividades (reuniones de padres, leer agendas, etc) conocer y relacionarse con sus docentes, sus tutores y otros padres del salón.
En el hogar, espacio formador, por excelencia, podemos:


1. Establecer reglas, educar con disciplina (amor & firmeza), criticar comportamientos específicos.

2. Revisar nuestros estilos de relación ¿Cómo hacemos para que nuestros hijos obedezcan? ¿las reglas son impuestas o conversadas?

3. Escuchar cuando nuestros niños se refieren a otros por sobre nombres o cuando nos cuentan que un niño o niña no le cae bien, que nadie quiere ser su amigo o que es muy fastidioso. ¿Cuál es nuestra actitud?

4. Enseñar formas pacificas para la resolución de problemas entre hermanos. Cambie la pregunta ¿Quien comenzo? por ¿Que esta sucediendo?

5. Promover el diálogo y la lluvia de ideas en la búsqueda de soluciones, asi fortalecemos la tolerancia, base de una cultura de paz.

6. Aceptar la expresión de emociones placenteras y displacenteras, las emociones no son elecciones, simplemente ocurren.

7. Ensayar formas saludables para expresar las emociones. Ayuda preguntarles ¿Cómo te gustaría que…? ¿Cómo crees que se siente (persona afectada) cuando…? ¿De qué otra forma puedes actuar cuando sientes…?

8. Escuchar  nuestras palabras y los tonos de voz cuando estamos en desacuerdo con otros ¿Qué decimos? ¿descalificamos personas? ¿Procuramos buscar puntos en común?

9. Brindar reconocimiento a cada uno de nuestros hijos, con palabras de aliento, criticas constructivas, espacios para compartir a solas con ellos, supervisión en el cumplimiento de responsabilidades y evitando las comparaciones.


“No hay necesidad de apagar la luz del prójimo para que la nuestra brille”  Bernard Baruch







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