jueves, 15 de septiembre de 2011

Puntos de Vista

«A menudo creemos que nuestro categórico rechazo a la opinión de alguien sirve para reforzar nuestro particular punto de vista. Sin embargo, la verdad es que es justamente al revés. De nada sirve tu opinión si no puede enfrentar un desafío. Si sientes temor hasta de considerar una visión diferente, significa que tu posición es débil…» (anónimo)
Conforme nuestros hijos crecen, observan diversas situaciones,  incorporan mayor información y poco a poco van desarrollando sus propios puntos de vista frente a diversas circunstancias. cuando son pequeños es frecuente encontrar muchos momentos de coincidencia pero conforme van entrando a la adolescencia  terminamos atrapados y enfrentándonos por defender cada quien su propia posición, atrás quedó la "docilidad" y "aceptación fácil a nuestras explicaciones". ¿Que sucedió? ¿porque ha cambiado "tanto"? ¿Será que "quieren hacer lo que les dá la gana" y vivir "sin reglas"? "?¿Que puede haber detrás del ímpetu y vehemencia con que nuestros hij@s sostienen sus ideas?... Tal vez simplemente estamos frente a la búsqueda de satisfacción a  necesidades propias de la etapa:  

  • Afirmar los valores que ha elegido por sí mismo.
  • Ensayar argumentos y estrategias para validar sus puntos de vista
  • Sentir que se le escucha sin prejuicio
  • Percibir que sus ideas resultan interesantes, prácticas y útiles tambien para los adultos
  • Ejercitar el pensamiento crítico
Somos los padres y madres, los principales modelos y formadores de nuestros hijos, ponemos las bases pero para no decidimos por ellos; ayudaría mucho actuar de manera tál que nuestros hijos se den cuenta que los respetamos y creemos que son capaces de hacer en cada momento lo que es mejor para ellos, dar el poder de tomar decisiones,  fortalece la autonomía integral y mejora sus habilidades para enfrentar y resolver problemas.
Cómo padres tomemos la decisión de "actuar desde el AMOR y no desde el TEMOR" , porque el temor paraliza y el amor  “...es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites”. (S.Pablo)



 

 





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